Sacos de garbanzo de Escacena. IGP Garbanzo de Escacena
Sacos de garbanzo de Escacena. IGP Garbanzo de Escacena




La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Garbanzo de Escacena ha registrado en el año 2020, bajo esa indicación, una producción de más de 950.000 kilos, lo que supone una cifra superior a la contabilizada en ejercicios anteriores, y 50.000 kilos más con respecto a 2019, según ha informado a Europa Press el vicepresidente del Consejo Regulador Indicación Geográfica Protegida Garbanzo de Escacena y gerente de la cooperativa Campo de Tejada en Escacena del Campo, Antonio Tomás Morales.

Así, ha subrayado que ha sido un año «de muy buen rendimiento» y que en total, en todos los campos de la cooperativa, se han conseguido más de 1,3 millones de kilos, con casi 2.000 kilos por hectárea de las 700 con las que cuenta, siendo 950.000 de ellos de la IGP y el resto de los que no están acogidos a la misma.

La IGP Garbanzo de Escacena comprende a once pueblos, cinco del Aljarafe (Castilleja del Campo, Aznalcóllar, Sanlúcar la Mayor, Olivares y Albaida) y seis de Huelva (La Palma del Condado, Villarrasa, Villalba, Manzanilla, Paterna del Campo y Escacena del Campo), a los que podrían sumarse en el futuro Trigueros y San Juan del Puerto, que han realizado la solicitud de inclusión en la zona amparada por IGP.

A este respecto, el vicepresidente del Consejo Regulador ha apuntado que ahora mismo se encuentran en plena siembra de la próxima campaña y que estiman que este año va a haber un aumento en la superficie.

Con respecto a la calidad del garbanzo de la campaña anterior, Antonio Tomás Morales ha señalado que «ha sido uno de los mejores años» que han tenido, con un garbanzo «de muy buen calibre y una cochura muy buena».




En este punto, ha destacado que 2020 también ha sido un buen año de ventas, ya que la pandemia no ha afectado sino, «más bien al contrario, porque ha hecho que «aumente el consumo de todo este tipo de legumbres secas». Así, ha detallado que durante los primeros meses de pandemia -de marzo a mayo- casi llegaron a duplicar su renta porque «hubo una gran demanda», aunque fue cayendo «llegando a la normalidad«.

Antonio Tomás Morales ha explicado que el reto de cara al futuro es seguir creciendo en cuanto a la producción, «lo que permitiría tener más volumen y, por tanto, más capacidad de comercialización, tanto a nivel de envasado propio como para suministrar a otros envasadores«, y continuar con su programa de investigación en nuevas variedades «para tener nuevas herramientas que sean más productivas, más resistentes a enfermedades y que permita usar menos fitosanitarios y, sobre todo, que mejore aún más la calidad».

Todo esto, ha apuntado, con la finalidad de potenciar que haya una mayor tradición a la hora de distinguir calidades en el garbanzo, para que el producto «se diferencie cada vez más del de importación», que es «el gran caballo de batalla» que tienen a nivel nacional, ya que «aunque el consumidor cada vez lo diferencia más» en Andalucía, su objetivo es potenciarlo entre el consumidor nacional.




«Hay que trabajar para que se diferencie y valore la calidad«, ha subrayado el también gerente de la cooperativa Campo de Tejada, una de las envasadoras de la IGP Garbanzo de Escacena.

«Esto sería una noticia positiva, porque sí tenemos más volumen podemos abordar un mercado más amplio«, ha apuntado, a la par que ha añadido que «puedes tener un producto muy bueno, pero si queremos crear una cultura del garbanzo tenemos que ser capaces de suministrar a todo aquel que tenga la inquietud de probarlo».

Asimismo, ha señalado que en la actualidad trabajan para la gran distribución con una cadena a nivel nacional, a nivel andaluz con pequeños supermercados y de manera más provincial con tiendas tradicionales y espacios gourmet.

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