Yacimiento arqueológico de El Carambolo. Foto: EP




El próximo lunes 26 de abril se cumplen cinco años ya desde que el yacimiento arqueológico del cerro de El Carambolo fuera declarado bien de interés cultural (BIC) por el consejo de gobierno de la Junta de Andalucía. En el yacimiento, localizado en Camas, se descubrió en 1958 el famoso tesoro homónimo, y fue declarado BIC con la tipología de zona arqueológica al acoger notables vestigios históricos entre los que destacan los restos de un antiguo santuario fenicio.

En concreto, el 30 de septiembre de 1958, el cerro de El Carambolo fue escenario de uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del pasado remoto de la actual Andalucía, en el marco de las obras de ampliación de las instalaciones con las que allí contaba la Real Sociedad de Tiro de Pichón. De manera fortuita, fue descubierto un tesoro de 21 piezas de oro que resultaron haber sido labradas al estilo oriental entre los siglos VIII y VII antes de la era actual, el famoso tesoro de El Carambolo.

Las posteriores excavaciones arqueológicas acometidas en la corona del cerro supusieron además el descubrimiento de un yacimiento con vestigios cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria, destacando restos de un antiguo santuario actualmente interpretado como un centro ceremonial fenicio.

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El proyecto de hotel

Los suelos del cerro fueron adquiridos en el año 2000 por la promotora inmobiliaria Gabriel Rojas, que proyectaba construir un hotel que integrase los vestigios arqueológicos mediante un centro de interpretación. No obstante, las restricciones dictadas desde la Consejería de Cultura a esta iniciativa motivaron que en 2009, el citado grupo inmobiliario ofertase ya los terrenos a la Administración autonómica al considerar truncado su proyecto, iniciando además la empresa una reclamación patrimonial contra la Junta por los perjuicios derivados del fracaso de su plan de levantar un hotel.

Fruto de tal litigio, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acabó reconociendo el derecho de la empresa a una indemnización de más de 1,55 millones de euros por parte de la Junta de Andalucía, si bien el grupo Gabriel Rojas reclamaba una indemnización mayor.

Ya el 26 de abril de 2016, y a petición del Ayuntamiento de Camas, la Junta de Andalucía declaró finalmente como bien de interés cultural una zona de 29.450 metros cuadrados del cerro de El Carambolo que incluye el yacimiento en cuestión, bajo la premisa de que se trata de un enclave «fundamental para el conocimiento de las primeras culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y en el suroeste de la Península Ibérica», según el decreto aprobado entonces y recogido por Europa Press.




Empero, mientras los terrenos siguen en manos de la promotora inmobiliaria Gabriel Rojas, el yacimiento permanece sellado con una protección de hormigón desde que finalizasen las últimas excavaciones arqueológicas en la primera década de este siglo y no pocas voces han denunciado la progresiva degradación de este enclave.

En enero de 2020, antes de que irrumpiese la pandemia de coronavirus Covid-19 y fuese declarado el primer estado de alarma para frenarla, el Ayuntamiento de Camas y la Delegación Territorial de las consejerías de Cultura y Patrimonio Histórico y Fomento y Ordenación del Territorio en Sevilla iniciaban una serie de contactos, con el objetivo de que los terrenos del yacimiento pasen a la titularidad pública y promover de manera conjunta la creación de un espacio cultural y un centro de interpretación en torno al enclave.

Un «gran potencial»




Y es que como manifestaba a Europa Press el arqueólogo Álvaro Fernández Flores, quien junto a Araceli Rodríguez Azogue estuvo al frente de las excavaciones acometidas durante la primera década del presente siglo en el cerro de El Carambolo, estos vestigios gozan de un «gran potencial» para su «puesta en valor» como un espacio «comprensible» para el gran público, sobre todo en el caso de las ruinas «más antiguas».

«Gracias a su excepcional estado de conservación, hay soluciones fáciles para hacer comprensibles los vestigios«, aseguraba este arqueólogo avisando además de que en este enclave todavía «queda mucho por investigar» en el plano científico.No obstante, la irrupción de la pandemia y las consecuencias derivadas de la misma habrían frenado las conversaciones emprendidas entre las administraciones local y autonómica para resolver el futuro del cerro, según indican desde el Ayuntamiento de Camas.

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