Con motivo del Día Mundial del Niño Prematuro, el Servicio de Neonatología del Hospital Materno-Infantil Quirónsalud Sevilla recuerda la importancia de una atención especializada y humanizada para garantizar el mejor comienzo de vida de estos recién nacidos. En el hospital nacen aproximadamente 2.200 niños al año, de los cuales unos 90 son prematuros, siendo en su mayoría prematuros moderados–tardíos, que requieren cuidados específicos y un acompañamiento estrecho desde el primer minuto.
Según la OMS, un nacimiento prematuro es aquel que se produce antes de la 37 semana de gestación y se pueden distinguir, según la edad gestacional, entre: pretérminos moderados-tardíos (32–37 semanas), los muy prematuros (28–32 semanas) y los extremadamente prematuros, aquellos menores de 28 semanas. La doctora María Dolores Gómez Bustos, especialista en Pediatría y jefa de la Unidad de Neonatología y UCI Neonatal del Hospital Materno-Infantil Quirónsalud Sevilla, comenta que, aunque en muchas ocasiones la causa de prematuridad no es fácil identificarla, entre las más comunes se encuentran las infecciones, complicaciones maternas como la hipertensión o diabetes que pueden requerir la inducción del parto de forma prematura o embarazos múltiples.
Durante las primeras horas y días de vida, estos bebés pueden enfrentarse a importantes desafíos derivados de la inmadurez de sus órganos, lo que provoca que no estén preparados para asumir sus funciones fuera del útero. La doctora Gómez Bustos apunta en este sentido que la vigilancia continua y la intervención temprana son indispensables para poder abordar y tratar las principales complicaciones, entre las que se encuentran: el síndrome de distrés respiratorio, la posibilidad de apneas por la inmadurez del centro respiratorio, mayor riesgo de infecciones, menor control de la temperatura y de la tensión arterial, y una mayor posibilidad de hemorragia intraventricular.
Los cuidados iniciales se adaptan cuidadosamente al estado clínico del recién nacido, «priorizando siempre que sea posible el contacto piel con piel, que aporta múltiples beneficios como un mejor control de las constantes, mayor bienestar y un desarrollo más favorable». Además, durante este proceso, la lactancia materna también adquiere un importante valor proporcionando una mejor tolerancia digestiva en los primeros días de vida, previniendo infecciones y favoreciendo, incluso, el desarrollo neurológico, «motivo por el cual la unidad promueve activamente la leche de la propia madre y, cuando no es posible, el uso de leche donada del banco de leche», añade Gómez Bustos.
El Servicio de Neonatología del Hospital Materno-Infantil Quirónsalud destaca por su enfoque humano y multidisciplinar, unificando a un equipo experto capaz de comprender las necesidades específicas de los bebés prematuros y acompañar a las familias durante todo el proceso. «Está demostrado que los bebés que nacen donde la neonatología cuenta con personas expertas y con los avances científicos y técnicos que se han producido en los últimos años, ha hecho que ganemos mejoría en la calidad de vida de los bebés prematuros, limitando al máximo las posibles dificultades en su desarrollo en etapas posteriores», explica la doctora.
Como idea final, la doctora Gómez Bustos comenta que los sentimientos de miedo, ansiedad o frustración que sienten los padres son normales ante esta etapa con tanta incertidumbre. «Las familias deben recordar que no están solas en este camino, que cuentan con el apoyo incondicional de su entorno y de los profesionales que las acompañan en todo momento y que guarden cada recuerdo de su proceso y de evolución como un logro compartido, ya que permitirá que, en el futuro, sus hijos sepan que fueron valientes desde el primer día, y que sus padres lo fueron junto a ellos», concluye.
