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«El papel de la enfermería en la detección de la violencia de género es muy amplio, ya que la enfermera debe estar alerta ante los indicadores de sospecha. Además, debe prestar el acompañamiento a la mujer cuando reconoce la situación y cuando aún está en el proceso, así como aplicar protocolos de actuación para el abordaje de la violencia de género». Así expresa Inmaculada Lancharro, enfermera y profesora del Centro Universitario de Enfermería “San Juan de Dios” (CUESJD) de Bormujos, la importancia de la enfermería ante posibles casos de violencia de género, conclusiones obtenidas de su tesis doctoral «Estrategias y conflictos de las enfermeras en la aplicación del Protocolo Andaluz para la Actuación Sanitaria ante la Violencia de Género» galardonada en la 6ª edición de los Premios a los mejores Trabajos de Fin de Grado, Trabajos Fin de Máster y Tesis Doctoral en materia de igualdad de género de la Universidad de Sevilla.
La importancia de la formación
«Desde nuestra disciplina, la Enfermería, surge la necesidad de la formación en género para la construcción de una identidad profesional que pueda prestar unos cuidados integrales y de calidad desde los centros sanitarios a las mujeres que presentan malos tratos» demanda Inmaculada Lancharro.
De su estudio se desprende que existe evidencia que indica que en ocasiones las enfermeras no se ven capaces de enfrentar este problema por falta de formación y de habilidades. De ahí, la importancia en la formación en el Grado en Enfermería. «Desde el CUESJD hemos participado con una comunicación oral en OEBE 2022 (Observatorio de Enfermería Basada en la Evidencia) donde mostramos que gracias a la formación el alumnado aumenta los conocimientos en cuanto a la violencia de género y la fijación de los conocimientos se mantiene a los 3 y 6 meses de la formación» explica.
Durante esta semana, en el Campus Docente y de Investigación San Juan de Dios de Bormujos se están realizando diferentes actividades de sensibilización ante la violencia de género mediante video fórums y debates entre el alumnado. «Se observa una mayor sensibilización en los estudiantes con respecto a esta problemática, pero es cierto que siguen vigentes mitos sobre las mujeres, los agresores, etc. por lo que de nuevo cobra importancia la formación que desmitifique y dote de contenido» añade.
Los centros sanitarios en contacto con la realidad
La violencia de género tiene repercusión en la salud física, psíquica y emocional de las mujeres, por lo que entran en contacto con los entornos sanitarios. Según la tesis doctoral de la profesora del Centro Universitario de Enfermería «San Juan de Dios» de Bormujos, la atención primaria de la salud ofrece posibilidades para la identificación, confirmación y posterior seguimiento de las mujeres. No obstante, en estos entornos sanitarios pueden desarrollarse conflictos que deben ser estudiados para mejorar los cuidados a las mujeres. El papel que desempeñan las enfermeras bajo su autonomía profesional para aplicar el protocolo, así como para acompañar a las mujeres en el proceso de toma de decisiones es clave para tener éxito en las reformas. Por ello, es importante tener en cuenta las realidades de los entornos sanitarios y el conocimiento que las enfermeras de atención primaria tienen sobre sus prácticas clínicas y las mujeres que atienden.
El apoyo emocional, las habilidades de comunicación y la alerta ante indicadores de sospecha de malos tratos son las estrategias más utilizadas. Se observan diferencias de género en el empleo de estrategias de cuidados. Las enfermeras asumen más responsabilidades para confirmar los casos, en el acompañamiento y desarrollo de planes de seguridad. Sin embargo, los enfermeros se muestran más atentos para la derivación. Enfermeras y enfermeros consideran necesario un cambio cultural para erradicar la violencia de género, explica Lancharro en su tesis premiada.
Asimismo, en este estudio se demanda el reconocimiento y desarrollo de la figura de la enfermera de práctica avanzada en violencia de género con formación y competencias específicas para brindar unos cuidados de calidad a las mujeres, dada la pluripatología crónica asociada a la violencia de género.