Muere el actor Juan Diego
Muere el actor Juan Diego

“En la rotonda, gire a la derecha en dirección a la Avenida Juan Diego” es posiblemente un sonido frecuente en el navegador de su coche si llega a Bormujos, procedente de Sevilla, de Gines o de la autovía de Huelva. Un mensaje que te sitúa en la patria chica del gran actor, fallecido hace nada. Un origen el suyo recordado frecuentemente en el municipio y que no pasa inadvertido para nadie.

Era media mañana cuando sonó el móvil del alcalde y su cara tornó a circunspecta en su despacho, sito en la Plaza de Andalucía del pueblo de Bormujos. Le comunicaba el hijo de Juan Diego -con el que había hablado muy recientemente, en numerosas ocasiones, por la organización del homenaje en abril como hijo predilecto- el fallecimiento de su padre esa madrugada. Su semblante era afligido ante la triste noticia. Y comenzó una ronda de llamadas para agilizar los tres días de luto oficial en el pueblo sevillano, el bando municipal, el contacto con otros concejales, etc.

El actor era una persona querida en Bormujos, que cuenta hasta con una asociación con su nombre (Asociación Cultural Juan Diego) y la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del Colegio Público Santo Domingo de Silos (AMPA Juan Diego), y hacía muy poco tiempo se le había estado organizando un acto de reconocimiento, tras haber sido nombrado Hijo Predilecto el 31 de mayo de 2018, en esta su tierra natal. Por cuestiones de agenda del actor y después por el largo intervalo de la pandemia, este honor era una deuda pendiente de celebrarla en persona con él.

Desde los despachos municipales, durante esos días se sucedían las videollamadas entre varias personas; una de ellas, el propio Juan Diego al aparato; la delegada que preparaba esta conmemoración; parte de su equipo, entre otros. “Niña, ¿me oís?” exclamaba Juan Diego Ruiz Moreno al otro lado, “entonces es cuando subo yo al escenario después ¿no?”, remataba corrigiendo la cadena de pasos preliminares de ese insigne día. Fueron días de preparaciones, detalles, remates de escaleta, cambios en la secuencia del acto, recopilar material para montar un vídeo honorífico, entre otras gestiones. Algunos de estos ediles trabajan muy en primera línea, casi de forma artesanal. Además era el tributo al hijo de Candelaria.

Y es que en el pasado mes de abril, concretamente el día 2, hubiera sido protagonista en vida, nuestro ya difunto Juan Diego, de este reconocimiento a su trayectoria y por ser embajador de Bormujos, ya que presumía de su “Bormujos”. Lo llegó a bautizar “Bormujos del Aljarafe”. Así, en el transcurrir de esos días ilusionantes, en el Centro Cultural La Atarazana, que hace las veces de teatro municipal, el delegado de Cultura elegía con esmero esos días previos la placa conmemorativa de la ceremonia. Un distintivo que escondía una sorpresa para el artista, el cambio de nombre de ese escenario por el de Teatro Juan Diego, una buena nueva que quedó sin ser cumplida siendo él el personaje principal. El mismo día del homenaje, unas dos horas antes de los honores en aquella platea, el actor se sintió indispuesto y se lo tuvieron que llevar al hospital. Ya no se pudo celebrar el tan ansiado reconocimiento. Todo estaba preparado en el patio de butacas y ese percance fue el inefable aviso de lo que irremediablemente ha ocurrido después. La placa conmemorativa continúa sin descubrir aún.

A la tarde noche del fallecimiento, se sucedían los mensajes de WhatsApp y las llamadas, pensando en organizar una firma de condolencias, allí en el que va a ser su teatro, en el escenario del Teatro Juan Diego. Fotografías del actor, fondo negro, su nombre únicamente y su rostro, lleno de fuerza y poderío, que lo llenaba todo; un sobrio manto y unas flores orgullosas, de un color rojo simbólico, para ser pilar de este semblante, historia de la cultura de nuestro país. El homenaje nos lo ha dado él con su obra y su trayectoria, pero siempre formará parte del guión de nuestra cultura Juan Diego. Triste se queda Bormujos. Descanse en paz.

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