Irene Rosales y Kiko Rivera posan en el interior de su vivienda en Castilleja de la Cuesta. Foto de Irene Rosales.




Dos vecinos alarafeños de gran conocimiento público en el país se ven obligados a abandonar su vivienda por la presión mediática y algunas situaciones de acoso sufridas durante los últimos meses. Son Irene Rosales y Kiko Rivera, residentes en Castilleja de la Cuesta y uno de los principales focos de la actualidad del corazón.

Desde que Kiko Rivera diera a conocer el conflicto con su madre, la artista trianera Isabel Pantoja, los medios de comunicación hacen guardia cada día en el hogar de la pareja, una vivienda unifamiliar situada en una urbanización abierta en la zona norte de Castilleja.

«Con estos meses me he dado cuenta que tengo que cambiar de casa porque vivo a pie de calle, donde recibo cartas, la gente me timbra y también está la prensa», explicaba Irene Rosales. La familia está compuesta por la pareja y tres menores.




Ella ya había estallado semanas atrás a través de las redes sociales y en televisión contra algunos fans de Isabel Pantoja, de quienes había recibido acoso, insultos y amenazas en internet y también en su propia vivienda.

La presión mediática es incompatible para estos vecinos de Castilleja con una vivienda y una zona residencial accesible: «Al menos necesitamos que no tenga acceso directo a la calle», explica Rosales.

El cambio de domicilio no parece inmediato según comunica la propia pareja, por lo que sus convecinos tendrán que seguir conviviendo con el trasiego de fotógrafos y periodistas.

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