Imagen de la zona afectada en Aznalcóllar por el vertido de la mina / Wikipedia
Imagen de la zona afectada en Aznalcóllar por el vertido de la mina / Wikipedia

Después de 22 años el accidente y desastre ecológico de la mina de Aznalcóllar sigue coleando. Este jueves tiene lugar la vista previa del litigio por la última demanda de la Junta de Andalucía contra la empresa minera sueca Boliden. Como ha adelantado Europa Press, la Administración exige 89,9 millones de euros en concepto de limpieza y recuperación del hábitat, fauna y flora de la hecatombe que tuvo lugar en 1998.

A pesar de que representantes de Boliden Aprirsa, Boliden AB y Bolien BV han expresado que lamentan «profundamente el vertido de los lodos contaminantes» piden que se desestime la demanda y, por tanto, el reembolso. Según la empresa sueca, no hay obligación de compensar a la Junta de Andalucía por los trabajos de recuperación ambiental ya que «la propia Junta autorizó el recrecimiento de la balsa que se vertió».

En esta línea, Boliden pone como ejemplo algunos gastos no imputables como el de la creación del Corredor Verde del Guadiamar.

El desastre de la mina de Aznalcóllar

En concreto, el 25 de abril de 1998 se produjo la mayor catástrofe ambiental ocurrida en Andalucía, provocada por la rotura de la balsa de residuos tóxicos que la minera sueca Boliden tenía en Aznalcóllar. El vertido provocado inundó la cuenca del Guadiamar y el Espacio Natural Doñana con seis Hectómetros cúbicos de lodos altamente tóxicos. La recogida de los lodos y la restauración del área afectada corrió a cargo de la administración y costó aproximadamente 200 millones de euros.

Según Ecologistas en Acción, la mina de Las Cruces en Gerena se ha visto afectada años atrás, contaminando acuíferos. Para este colectivo ecologista, la conclusión es clara, la minería a cielo abierto es incompatible con el mantenimiento de unas mínimas garantías ambientales.

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