Marta Borrell durante su discurso en España 2050.




Con 17 años, es considerada la Greta Thunberg de la educación. Y es de Mairena del Aljarafe. Marta Borrell proyecta cada día más su voz en favor de la educación accesible y universal como principal requilibrador social en el mundo. Cada vez son más importantes los foros donde habla y más poderosos los oídos que le escuchan.

Un viaje África hace cuatro años condicionó su vida, a la que dotó de un objetivo fundamental: lograr poner en el centro a la educación como la necesidad de primer orden que debe regir el futuro de los niños del mundo. Lo plasmó en un documental, «Una luz en la Oscuridad», con el que narraba las historias de aquellos niños de países en vías de desarrollo cuya vida es atravesada por circunstancias que les aleja de la educación más elemental.

Tras hablar en la sede central de Naciones de Unidas en Nueva York, su última intervención pública ha sido en la presentación de España 2050, el estudio ‘Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo’, que ha sido elaborado por un centenar de investigadores e investigadoras de reconocido prestigio y de disciplinas académicas diversas, coordinado por el Gobierno de España y que fue presentado el pasado jueves en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Se trata del proyecto de prospección que pretende dotar al Ejecutivo de Pedro Sánchez de un horizonte definido hacia el que dirigir nuestro país. Para mostrar su cara más estadista, el presidente ha querido contar con Marta Borrel como voz de la España del futuro: «Yo en 2050 tendré 47 años», abría su intervención la joven mairenera.

Su posición en la escaleta de un acto que ha concentrado una gran atención mediática, deja ver la importante consideración de la presencia de Borrell en el evento. Fue la primera intervención tras la presentación de Diego Rubio, director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia País a largo plazo y coordinador del proyecto España 2050.

«Se necesitan 30 años para lograr que nuestra población tenga el mismo nivel de aprendizaje y formación que los primeros países de Europa«, aseveró Borrell en su intervención, que se centró en advertir de la poca distancia que nos separa de 2050 y la urgencia de emprender una transformación educativa para alcanzar ese calendario en condiciones de prosperidad social y bienestar.

Un estudio para que España esté a la vanguardia mundial

El estudio propone 50 objetivos que nuestro país debería alcanzar de aquí a 2050, si quiere consolidarse como uno de los países más avanzados de Europa, que se agrupan- tal y como avanzó Pedro Sánchez- en torno a nueve grandes desafíos de país: ser más productivos para crecer mejor; conquistar la vanguardia educativa; mejorar la formación y la recualificación de nuestra población; convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático; preparar nuestro Estado de bienestar para una sociedad más longeva; promover un desarrollo territorial equilibrado, justo y sostenible; resolver las deficiencias de nuestro mercado de trabajo y adaptarlo a las nuevas realidades sociales, económicas y tecnológicas; reducir la pobreza y la desigualdad, y reactivar el ascensor social, y ampliar las bases de nuestro bienestar futuro.

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El presidente apuntó que, con este ejercicio de prospectiva, «España pretende decirle al mundo, y decirnos a nosotros mismos, que queremos estar a la vanguardia de esa transformación. Que conocemos los desafíos que traerá el porvenir, y que nos declaramos capaces y dispuestos a abordarlos y a superarlos, haciendo de las próximas décadas una nueva historia de éxito de nuestro país».

En su opinión, podemos conseguirlo porque «tenemos recursos naturales, instituciones sólidas, buenas empresas, una posición geoestratégica privilegiada, y una sociedad civil madura». Además, partimos, en primer lugar, de «una coyuntura expansionista favorable, cuyo mejor reflejo son los 140.000 millones de euros que va a recibir España, a lo largo de los próximos 6 años, de los fondos de recuperación europeos» y, en segundo lugar, del «éxito de la campaña de vacunación», ya que «la mejor política económica es recuperar progresivamente la normalidad». De hecho, «faltan 88 días para lograr esa ansiada inmunidad de grupo», recordó.

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