Imagen obtenida del Fondo de Imagen de la Sociedad Española de Reumatología, otorgada por la Dra. Cruz Fernández-Espartero del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid).

El comúnmente conocido como «sabañón», se denomina en lenguaje médico como «eritema pernio» o «perniosis».

Los sabañones son lesiones enrojecidas que causan hinchazón, dolor y escozor. Si la hinchazón es importante, pueden limitar la movilidad. También pueden aparecer ampollas, fisuras o úlceras (que podrían llegar a sobreinfectarse, especialmente debido al rascado).

El lugar característico de aparición son las zonas «acras» (alejadas del centro del cuerpo), fundamentalmente en el dorso y laterales de los dedos de las manos, pero además pueden aparecer las palmas y en otras zonas como los pies, nariz u orejas.

¿Por qué aparecen el «sabañón»?

La perniosis se debe a una alteración de la microcirculación (capilares sanguíneos), que se cierran como respuesta al frío y humedad, por lo que se reduce el riego sanguíneo y los tejidos sufren, dando lugar a las lesiones comentadas.

Por este mismo motivo es característico que sucedan en épocas frías o en personas con determinados trabajos (cadenas de frío, uso de botas de agua…). Además, es más frecuente en mujeres y personas delgadas, probablemente porque retienen menos el calor.

La gran mayoría de los casos son primarios (no asociados a otra enfermedad), y de escasa a moderada gravedad. En otras ocasiones, pueden aparecer asociados a trastornos diversos (tabaquismo, factores de riesgo cardiovascular, anorexia nerviosa, celiaquía, trastornos hematológicos, procesos oncológicos…), pero destaca su asociación a enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico, síndrome antifosfolípido, síndrome de Sjögren…), llegando a ser más graves.

¿Cuál es su tratamiento del «sabañón»?

El tratamiento se divide en los siguientes bloques:

  1. Tratamiento esencial

Ante todo es imprescindible la prevención del frío, la humedad y el rascado, así como mantener una apropiada hidratación de la piel y limpieza de las lesiones.

En general debe buscarse un estilo de vida sano, con ejercicio regular y dieta equilibrada. Es muy importante eliminar los tóxicos (tabaco, alcohol y otras drogas como el crack). También es fundamental controlar adecuadamente los factores de riesgo cardiovascular (obesidad, hipertensión arterial, diabetes mellitus, alteraciones de colesterol y triglicéridos, ácido úrico elevado…).

  • Tratamiento de la inflamación

En casos moderados se pueden emplear corticoides en cremas o pomadas para aplicar sobre las lesiones. Además pueden añadirse antiinflamatorios o corticoides orales si la inflamación es más generalizada o extensa.

  • Tratamiento de circulación

Existen varios tipos de tratamiento que mejoran el riego sanguíneo, que se usan a partir de una gravedad intermedia:

  • Medicamentos antiagregantes: Hacen la sangre más fluida. El más empleado es el ácido acetilsalicílico, conocido como Aspirina.
  • Medicamentos vasodilatadores: Hacen que el vaso sanguíneo se vuelva más grande. Los hay de dos familias: los calcioantagonistas orales (los más usuales son Nifedipino y Amlodipino), y las prostaglandinas intravenosas (siendo Iloprost el más extendido) las cuales se usan en los casos más severos.
  • Intervencionismos: Los casos extremos pueden llegar a requerir cirugías vasculares, bloqueos nerviosos o incluso amputaciones.
  • Curas locales

El apoyo de Enfermería en el seguimiento y cura de las lesiones moderadas-graves es fundamental.

¿A qué especialista debo acudir?

Ante la presencia de sabañones debe consultarse fundamentalmente con un Reumatólogo, aunque otras especialidades puedan intervenir en el diagnóstico (Dermatología, Medicina Interna…).

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