Semáforo donde cada día Sunday Osamede vende sus pañuelos. Foto de Clara Fajardo.
Semáforo donde cada día Sunday Osamede vende sus pañuelos. Foto de Clara Fajardo.

Llegó a España procedente de Nigeria hace doce años, de los cuales lleva ocho vendiendo pañuelos en un semáforo de la localidad de Gines. Como muchos compatriotas, su condición de extranjero irregular en Europa no le impidió huir de la «miseria, la inseguridad y la corrupción» de su país; «you are no safe, life is not safe there», repite sin cesar al ser preguntado por la razón de su decisión, a pesar del riesgo de ser inmigrante sin papeles.

Sunday Osamede cada día, llueve o escampe, de lunes a sábado, acude a su semáforo de la calle Colón de Gines para permanecer allí de 8.00 a 13.00h. Esa es su jornada laboral. Como material de trabajo, una mochila repleta de pañuelos de un solo uso comprados por él mismo, y en este punto hace especial hincapié; «a mí nadie me obliga a adquirir nada, no existe la mafia de los semáforos».




Sin que se le borre la sonrisa de su cara en ningún momento, Sunday prefiere no ser fotografiado, ni indicar dónde vive en Sevilla capital, pero se siente muy orgulloso al reconocer que los ginenses se portan muy bien con él, así como de la comunidad nigeriana afincada en España ya que, gracias a ella, comparte piso «en la ciudad».

El deseo de los documentos para cambiar de trabajo

Evidentemente, ningún semáforo garantiza futuro. Esta obviedad se nos olvida mientras damos limosna cuando llevamos suelto en el coche y el azar nos para en rojo. Con suerte, el día que más le cunde a Sunday saca unos 20 euros, «lo justo para comer y cenar», por lo que está deseando que «los documentos se arreglen» para poder optar a un puesto de trabajo, «el que sea, ese es mi mayor deseo».

Sunday fue pionero hace ocho años al elegir el Aljarafe como zona donde ubicarse, al menos temporalmente, para buscarse la vida. No es usual ver personas como él por las calles de los municipios de la comarca, por lo que todo el pueblo lo conoce, le ayuda en la medida de lo posible y le da, de vez en cuando, «unos desayunos buenísimos».




La historia de Sunday se suma a la Odisea de miles de personas procedentes del continente africano cuyo objetivo es vivir dignamente, sin más. No llegó en patera a las costas andaluzas, arribó en avión a Francia, pasó por Valencia y finalmente encontró su sitio en Sevilla. 

Todo depende del umbral desde el que se parta, pero su situación irregular no lo protege como se debiera en un Estado denominado «del Bienestar». En lo que va de año, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estiman que el número inmigrantes llegados a España de forma irregular supera los 21.000 personas, aunque se estima que solo se intercepta la mitad de las mismas. Sunday ya ha dejado de ser una cifra para los ginenses, forma parte de su cotidianeidad y realidad, ahora solo falta que pueda acceder a todos los derechos y deberes de cualquier ciudadano europeo en este continente, símbolo de esperanza para tantos como él.

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1 comentario

  1. Estupendo reportaje sobre la vida desconocida de los emigrantes de los semáforos, tomando como partida la vida de Sunday. Es digno de alabar resaltar a estos muchachos que tan mal lo están pasando y lo poco que cuentan para nosotros. Una ayuda a sus problemas no le vendrian mal

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