El pasado martes la Iglesia de Santa Eufemia y San Sebastián de Tomares amanecía con el césped artificial de su entrada arrancado.
El Padre Óscar, párroco de la iglesia tomareña, denunciaba el robo en redes sociales. Los ladrones habían extraído solo una de las parcelas, dejando la otra intacta.
«Imaginamos que este es el pago por estar ayudando a los más necesitados espiritualmente y materialmente. Una vergüenza y una pena muy grande», explicaba enfadado el Padre Óscar.
El cálculo aproximado del daño es de 800 euros. El coste de cada metro cuadrado de césped artificial ronda los 20 euros.
Durante el día de ayer la Parroquia se encargaba de instalar una nueva moqueta. El centro religioso tenía la necesidad de lucir con una entrada recompuesta y adornada para la cita de hoy, pues se celebra a las 20 horas una misa en memoria de las víctimas de la Covid-19.