Basuras acumuladas junto a un olivo en Valencina de la Concepción. Foto de Clara Fajardo.

Siempre ha estado ahí, la naturaleza de nuestros paraísos más cercanos, sin embargo, para muchos, eran lugares inusitados, casi desconocidos, hasta que el Estado de Alarma no nos obligó a circunscribirnos a nuestro municipio. Y ahora, aprovechando que volvemos a transitar por ellos, claman al cielo intervención inmediata, ya que muchas zonas se han convertido en vertederos ilegales. 

Es difícil comprender cómo entre Ayuntamientos y Junta de Andalucía, la casa de todos, esté literalmente sin barrer y contaminando. En Valencina, uno de los términos municipales con mayor extensión no urbanizada del Aljarafe, los paseos en familia, con mascotas y amigos al aire libre, entre olivos o girasoles, han aliviado muchas angustias durante la pandemia Covid19. Pero también han despertado muchas conciencias.




En los caminos de los campos de Valencina que lindan con las localidades de Gines, Espartinas o Salteras, los escombros campan a sus anchas: restos de azulejos, uralita, plásticos o baños completos salpican el paisaje, pero el menor daño es el que producen a la vista. Muchos animales como conejos, perros o caballos ingieren residuos que ponen en serio peligro su salud. 

Además, electrodomésticos como frigoríficos completos, TDT, o televisores se arrojan sin pudor ninguno a sembrados y olivares, a lo que hay que añadir la falta de conciencia cívica de algunos trabajadores de la recogida de aceituna, quienes depositan plásticos, latas o botellas de vidrio de bebidas allá donde caigan. 

Varios expertos en Medioambiente consultados por Aljarafe Digital coinciden al afirmar que lo preocupante no es tanto la estética aberrante, como la contaminación de las capas freáticas, envenenando poco a poco el suelo, los pozos y los ríos donde desembocan muchas de las sustancias en las que se descomponen estos vertederos ilegales.

Los expedientes sine die

Esta publicación ha tenido acceso al escrito presentado por varios vecinos de la localidad de Valencina en el que se insta al consistorio a actuar de forma inmediata ante la inacción administrativa. 

En dicho documento, se denuncia el abandono de las alcantarillas de la vía perteneciente a la Red de Carreteras de Andalucía que une Bormujos con Valencina de la Concepción, así como el servicio insuficiente que presta la Mancomunidad del Guadalquivir, entidad local de carácter supramunicipal encargada de gestionar los residuos de 27 localidades del Aljarafe.

Mancomunidad responsable también del estado deplorable en el que se encuentra el Punto Limpio de Espartinas. «Nos vemos en la obligación moral y ciudadana de subrayar el insulto que supone para el usuario el Punto Limpio de Espartinas. Solo el adjetivo «Limpio» es una falta de respeto a nuestra inteligencia porque allí nada funciona: cubas rotas, jaulas donde la separación del tipo de residuo no existe, ratas y gatos enfermos por doquier y una nave repleta de basura cuyo hedor hace imposible acceder al recinto». 




Así describe la queja formal, anteriormente mencionada, el abandono de estas instalaciones cuyas imágenes hablan por sí mismas. Una reclamación que se ha hecho llegar al alcalde de Valencina, Antonio Manuel Suárez, quien ha demostrado, según apuntan los peticionarios, «un claro interés por el asunto»

Siendo biólogo, parece que se hace cargo del desastre que supone para la localidad esta realidad de vertederos ilegales e inoperancia administrativa, pero su respuesta no es satisfactoria. 

Por un lado, asume que la Mancomunidad del Guadalquivir «es susceptible de muchas mejoras», pero admite con resignación que, tanto la limpieza del campo, como del alcantarillado de la carretera no solo no son competencia municipal, sino que «podría incurrir en delito si se interviene».

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