Con la vitrina del Pizjuán con una sola copa de la UEFA, el entonces presidente del Sevilla Jose María Del Nido convocaba un concurso para la remodelación y ampliación del coso rojiblanco. Verano de 2006.
En diciembre de aquel año llegaron dos proyectos a la final. Uno del Estudio Lamela y CRV Arquitectos, los arquitectos que diseñaron la T4 y la remodelación del Santiago Bernabéu. Otro del estudio sevillano MRPR Arquitectos. El segundo fue muy popular entre la afición sevillista, el más votado en foros y más comentado entre los aficionados que acudían al Ramón Sánchez Pizjuán cada dos domingos.
Finalmente fue elegido el proyecto del estudio madrileño, muy criticado por su semejanza al estadio del Real Madrid y las cuatro torres de Concha Espina.
Del Nido aseguró que la duración de la remodelación sería de solo un año, lo presentó ante la junta de accionistas del club y presumió del aumento de aforo de 20.000 espectadores, zonas VIP y áreas comerciales.
Luego llegó la borrachera de títulos y con ella el olvido del proyecto de Del Nido. Las modificaciones que ha venido alterando la imagen exterior del Sánchez Pizjuán ha cambiado recientemente y el aforo se amplió en 1300 localidades en 2018, pero las estructuras siguen siendo las mismas que las que acogieron la Copa del Mundo de 1982.
Hace pocas semanas José María Cruz, director general del club, anunciaba que el proyecto de «ampliación está en marcha» y espera tener un primer estudio de ideas en los próximos meses. Mientras tanto, en la retina permanece el proyecto de MRPR Arquitectos que tanto gustó al sevillismo pero jamás pudo ver elevado sobre el suelo de Nervión.