Las distintas medidas de seguridad para la prevención del contagio del coronavirus brillaron por su ausencia en varios momentos del derbi celebrado ayer entre Sevilla y Betis, pero ninguna tan evidente y llamativa como la que protagonizó Lucas Ocampos al concluir el partido.
El jugador tiraba la mascarilla al suelo y se avalanzaba hacia un compañero para celebrar la clara victoria sevillista frente a su eterno rival. Un gesto que haría enfadar al mismísimo Fernando Simón.