En la primera encuesta de la semana de Aljarafe Digital, una gran mayoría de usuarios han votado por el SÍ a la pregunta ¿Crees necesario un partido andaluz con representación en el Congreso?
Han participado 3203 personas, de las que 2793 han optado por la respuesta afirmativa, un 87,19% del total, mientras que 410 han optado por votar que no, un 12,81% de los lectores.
La pregunta se enmarca dentro de una situación política en la que las fuerzas nacionalistas y regionalistas son fundamentales para conformar gobierno en España, lo que repercute en decisiones negociadas en favor de sus territorios.
La imperecedera precariedad económica andaluza, la nación más poblada del país pero siempre la más olvidada en Madrid, suscita la necesidad de contar con una voz propia en el Congreso de los Diputados como así parece demandar nuestros lectores.
Es en el lado izquierdo del tablero donde más posibilidades existen de que nazca esta voz en forma de papeleta para las siguientes elecciones generales. La vocación centralizadora de las fuerzas estatales de derecha y la ausencia de una opción nacional-conservadora similar al PNV o los convergentes catalanes, alejan las posibilidades de esperar una opción andalucista en el flanco derecho.
La fuerza de Teresa Rodríguez y su disputa con Pablo Iglesias por ganar autonomía en el proyecto de Adelante Andalucía, es una de las batallas que determinarán esta posibilidad en el futuro. La voluntad de Teresa Rodríguez en este sentido es manifiesta y clara, lo que puede llevar incluso a una bifurcación de caminos entre Adelante y Podemos si desde Madrid no aceptan la autonomía andaluza del proyecto.
El PSOE, con una estructura organizativa descentralizada de fuertes baronías que sirven como contrapesos a la secretaría general, mantiene una actual guerra fría entre líder estatal y su lideresa andaluza. Se espera que Susana Díaz se envuelva en la bandera verdiblanca para intentar apuntalar su poder territorial. Este andalucismo sobrevenido no tiene visos de aspirar a un aumento de autonomía similar a la del PSC respecto a Ferraz, la opción más parecida a tener voz andaluza propia en el Congreso bajo las siglas del partido de gobierno.
Las opciones que se manejan son complejas amalgamas de tensiones de partido entre Sevilla y Madrid. Tensiones que quizá ahoguen las aspiraciones de parte del pueblo andaluz y no dejen más opción que el surgimiento de un nuevo sujeto político que nazca alejado de los partidos estatales hoy existentes.
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