Expertos en urología y medicina nuclear de los hospitales Quirón Sagrado Corazón e Infanta Luisa han recordado este lunes con motivo del Día Mundial del Cáncer de Próstata la importancia de tomar conciencia para la prevención de este tipo de cáncer que, en el último año, ha contabilizado 5800 nuevos casos en Andalucía, según cifras del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer, siendo el tercero más frecuente en la comunidad, sólo por detrás del cáncer colorrectal y el de mama.
Los expertos coinciden que la mayoría de los casos en la actualidad tienen buen pronóstico y aseguran que los avances en los tratamientos han conseguido que el 75% de los cánceres de próstata localizados se curen. Para ello, como apunta el doctor Juan Leal en una nota de prensa de Quirónsalud, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, «es muy importante seguir insistiendo en la prevención y en la realización de las pruebas de diagnóstico precoz».
«La recomendación general actual es iniciar el proceso con la determinación del PSA (prueba del antígeno prostático específico) a partir de los 50 años y anticiparlo en caso de factores de riesgo genéticos o raciales o antecedentes familiares», apunta el doctor Leal. Actualmente, el factor determinante para la aparición de este tipo de cáncer es la edad, siendo más frecuente en hombres a partir de 50 años.
No obstante, tal y como indica el doctor Juan Leal, hay otros factores relacionados como la raza (más frecuente en raza negra, afroamericanos y caribeños), factores geográficos (más frecuente en Norteamérica, noroeste europeo, Australia y Caribe), antecedentes familiares de cáncer de próstata y ciertos factores genéticos, como la presencia del gen BRCA1 y BRCA2, así como síndromes como el de Lynch, que favorecen la aparición de otros tipos de tumores.
El hospital recuerda que, según el último estudio realizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones y la tercera causa de muerte por cáncer en hombres por detrás del cáncer de pulmón y de colon. La presencia de cambios en la forma de orinar puede ser un signo precoz de alerta.
Sin embargo, los síntomas más asociados a este tipo de cáncer no aparecen hasta estadios más avanzados, estos son la hemospermia (presencia de sangre en el semen), hematuria (presencia de sangre en la orina), dolor óseo o pérdida de peso. La relevancia de la Medicina Nuclear para el tratamiento del cáncer de próstata Por su parte, Andrés Durán Ferreras, especialista del servicio de Medicina Nuclear y PET-TAC de Quirónsalud Infanta Luisa, indica que cuando se diagnostica un cáncer de próstata es necesario conocer qué extensión tiene la enfermedad para poder adaptar el tipo de tratamiento a la situación de cada paciente.
De este modo, según el doctor, «la gammagrafía ósea nos aporta información sobre la posible afectación ósea de la patología. Además, con los avances radiofarmacéuticos de los últimos años, también tenemos el PET-TAC con dos moléculas que son bastante específicas de las células prostáticas, como es la 18F-colina y la 18F-PSMA, ambos son radiofármacos PET muy útiles cuando se sospecha que hay recaída de la enfermedad», recalca el profesional.
«La gammagrafía ósea es muy importante ya que puede clasificar al paciente en otra fase evolutiva del cáncer, pudiendo obtener información para poder adaptar la terapia en función de la extensión de la afección», precisa Andrés Durán Ferreras. Con estas nuevas moléculas PET, el manejo de los pacientes de cáncer de próstata con sospecha de recaída ha cambiado, asumiendo la Medicina Nuclear un papel mucho más relevante.
«En el caso del cáncer de próstata, está establecido un papel preponderante de la Medicina Nuclear tanto en el diagnóstico inicial como en la sospecha de recaída», concluye Durán Ferreras. En el aspecto quirúrgico del cáncer de próstata, las técnicas de cirugía mínimamente invasivas han supuesto un cambio muy favorable para el paciente, según explican los doctores Juan Leal y José Luis Marenco, ambos expertos en esta técnica quirúrgica de los hospitales Quirón Sagrado Corazón e Infanta Luisa, respectivamente, «precisando que se extirpa la próstata con la menor agresividad quirúrgica posible y respetando al máximo las estructuras nerviosas y vasculares del organismo para garantizar la rápida recuperación del paciente».
La evolución de estas técnicas con el desarrollo de la cirugía robótica ha proporcionado aún mejor resultado en la realización de todas las cirugías urológicas, pero, en especial, en la prostatectomía radical, la cirugía oncológica más frecuente, la cual consiste en la retirada de la próstata al completo y una reconstrucción posterior de la vejiga y la uretra. Este procedimiento, aseguran ambos doctores, se hace de forma más segura y eficaz gracias al robot Da Vinci.
«El robot proporciona mayor precisión, mejor visión y estabilidad de la cirugía, lo que facilita la tarea de preservar las estructuras neurovasculares y anatómicas que participan en la continencia urinaria y la potencia sexual», añaden. Y es que, aunque los pacientes sometidos a una prostatectomía radical pierdan la eyaculación normal, dado que la próstata y las vesículas seminales son los órganos encargados de la producción y la emisión de semen, la erección puede mantenerse tras la cirugía.
«La erección se altera por otro tipo de factores, entre los que se implican las estructuras nerviosas y vasculares que rodean a la próstata y el Da Vinci puede facilitar la preservación de estas estructuras para reducir el riesgo de disfunción eréctil en estos pacientes», concluyen los especialistas.