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Miles de botellas de plástico inundan las inmediaciones de la A-66 en el kilómetro 789,8 a la altura del área recreativa de Las Pajanosas en Guillena. El activista Quique Herrero, conocido como ‘Quique Bolsitas’, denuncia «el total abandono por parte del servicio de carreteras, el Ayuntamiento de Guillena y las empresas responsables ante tal delito medioambiental».
Hasta el momento, y a base de fuerza del voluntariado que acompaña a ‘Quique Bolsitas’, se han retirado 100 kilos de botellas de plástico vacías y más de una tonelada de envases continentes de agua. Al parecer, el pasado verano volcó un camión que transportaba tal material «y desde entonces, este asunto parece no interesar a nadie».
La patata caliente de las botellas de plástico
«Es una vergüenza. Hemos contactado con la firma de dichas botellas, Valtorre y Fuentelajara y, hasta ahora, sin respuesta alguna. El Consistorio de Guillena retiró las bolsas que acumulamos en la limpieza, pero la promesa de personarse en el lugar, se ha esfumado», explica Quique.
Tampoco ha habido suerte con la Mancomunidad de la Vega, ni con Ecoembes, «solo un patrocinador de nuestra acción contra la basuraleza se ha sensibilizado con esta barbaridad y nos va a acompañar el la próxima barrida que hagamos allí en unos días, se trata de la empresa Kaura Coproducts de Salteras».
Qué es el plogging
El Plogging es la práctica que combina el ejercicio al aire libre con la recogida de residuos. Se trata de aprovechar cualquier actividad física al aire libre para la recogida de la bazofia que se encuentra en las playas, las montañas, campos y ciudades. La palabra plogging proviene de la unión de la palabra inglesa ‘jogging’ (caminar a cierto ritmo) y de la expresión sueca ‘plocka upp’ (recoger).
El promotor de esta actividad fue Erik Ahlström en Estocolmo, pero desde 2018, se ha extendido a todo el mundo. El fenómeno Greta Thunberg consiguió dar visibilidad a esta forma de pasear y contribuir con el medioambiente. Ahora ha llegado al Aljarafe para quedarse.