Un trabajador durante las labores de fumigación contra los mosquitos causantes del virus del Nilo en Coria del Río.
Un trabajador durante las labores de fumigación contra los mosquitos causantes del virus del Nilo en Coria del Río.




El virus del Nilo Occidental tiene una alta circulación en aves de Extremadura. En plena guerra al virus, con varios protocolos y medidas de prevención activos, investigadores de la Universidad de Extremadura, el INIA-CISA y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) han confirmado que el patógeno está presente en la fauna aviar extremeña.

El descubrimiento se deriva de un estudio en el que los investigadores han detectado anticuerpos que indican una «alta prevalencia» del virus, en aves silvestres, según informaba Nius. Por primera vez en el continente europeo se tiene constancia del virus en un ejemplar de cigüeña negra, y se ha encontrado presencia del linaje 1 en ejemplares sintomáticos de aves como mochuelos o buitres leonados, aves vulnerables o en peligro de extinción, por los investigadores estudian ahora qué impacto tendrá el virus en sus poblaciones.

Si bien las aves pueden hospedar el virus del Nilo Occidental y actuar como reservorio, el principal vector de contagio para humanos es el mosquito, de ahí que a este animal se enfoquen las principales medidas de prevención. En concreto, son las especies autóctonas Cules pipiens, el mosquito común, y Culex perexiguus, asentadas en la península.

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Debido a la alta prevalencia del virus en los animales, no es descartable que el patógeno esté más extendido por otras comunidades. España empieza ahora su temporada más crítica para frenar los contagios, ya que la época idónea para la proliferación del mosquito transcurre entre los meses de abril y octubre.

El virus del Nilo Occidental causa enfermedades neurológicas que si bien son raras (menos del 1% de los infectados) tienen tasas de mortalidad del 10%, especialmente en la población de más edad. Fue un brote de meningoencefalitis lo que acabó con la vida de las víctimas el pasado verano. A falta de tratamiento y una vacuna, la mejor medida para combatir la enfermedad es la transmisión evitando los contagios, motivos por los que varios municipios llevan semana desinsectando las zonas ribereñas, especialmente peligrosas por ser un caldo de cultivo para el mosquito.




Los esfuerzos por obtener una vacuna pasan por el ARN mensajero, un enfoque novedoso en inmunología que está de actualidad (es la misma tecnología tras las vacunas de Pfizer y Moderna contra el coronavirus). Los científicos alertan también de la necesidad de vigilar la evolución de la enfermedad en caballos, animales que pueden contraer la enfermedad y de hecho suponen la inmensa mayoría de contagios en animales no humanos. Además, estos animales sí pueden ser vacunados.

El virus del Nilo Occidental sembró el pánico en localidades ribereñas del Aljarafe después de que a principios del pasado agosto se detectaran cinco casos de meningoencefalitis asociados a Coria y Puebla del Río. A lo largo del verano los brotes se extendieron, llegando a causar siete muertes, cuatro de ellas en Sevilla, y hasta 76 casos. La Junta de Andalucía dio por concluido el brote en noviembre, ya que pasaron semanas sin notificar contagios y la bajada de las temperaturas supuso un factor importante para cortar la transmisión.

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