Imagen de la recogida de basura en el Río Pudio / AD
Imagen de la recogida de basura en el Río Pudio / AD

La acumulación de basura del Río Pudio es el resultado del abandono administrativo que sufre el afluente del Guadalquivir que desemboca en Coria del Río, «un lugar precioso y triste a la vez por la cantidad de desechos que viajan con él y acaban en Doñana», explica Quique Herrero, el activista conocido como Quique ‘Bolsitas’, quien ha promovido, junto a más de 40 voluntarios una limpieza de la zona el pasado fin de semana.

A lo largo de casi tres kilómetros, medio centenar de voluntarios venidos de varias asociaciones como Valencina Sostenible, Badajoz Ecológica, Ándaluz o Fundación Don Bosco, entre otras muchas, han conseguido aliviar de residuos al Río Pudio haciendo acopio de más de 400 kilos de basura. «Es emocionante ver cómo cada vez más y más gente de todas las edades y estatus sociales se suman a esta causa que es la de todos, cuidar nuestro entorno», recalca Quique.

El Río Pudio y la falta de recursos

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir conformó lo que hoy en día es el cauce del Río Pudio y su entorno hace 15 años. Tras dos años de adecuación, tal entidad dejó de custodiarlo y pasó a ser tierra de nadie. Los neumáticos, los residuos de plástico de todo tipo, la deposición de escombros, muebles o derivados de la acción humana «son una realidad tremenda desamparada por la administración pública».

Una década y media después de aquella apuesta por adecentar el paraje natural del que, en última instancia, bebe Doñana, los ayuntamientos, en este caso, el de Bormujos y Espartinas no cuentan con recursos suficientes para hacer frente al deterioro de la zona. «Queremos agradecer su voluntad e intención, nos han ayudado a retirar lo recogido y nos han facilitado material para ello con bolsas y guantes. Pero no es suficiente. Aquí tiene que tomar cartas en el asunto la Junta de Andalucía».

Reuniones que quedan en un limbo

Quique Bolsitas asegura que se ha reunido con diversas administraciones, entre ellas, la Delegación de Medioambiente de la Junta en Sevilla «pero nadie se compromete a nada y estamos ante un problema muy serio. Como el cordel que une Triana con Villamanrique que es una auténtica escombrera».

Herrero sigue tendiendo la mano a colaborar siempre con una actitud constructiva con la Administración Pública «pero los voluntarios no podemos hacer milagros. Necesitamos un compromiso firme de una entidad como la Junta con los recursos suficientes para atajar este problema que crece de forma exponencial desde hace diez años a esta parte».

Seguirán así, predicando con el ejemplo y el próximo 3 de enero, se repetirá la acción de limpieza en el Río Pudio en el cruce de carretera entre Bollullos de la Mitación y Bormujos. Aunque a veces el desánimo amenaza con desalentar este tipo de lucha contra el cambio climático y la falta de civismo, Quique se emociona al compartir que uno de sus voluntarios más jóvenes ha pedido a los Reyes Magos una pinza para «cuidar mi planeta». Un regalo magnífico podría ser una reacción definitiva de la Junta de Andalucía al respecto de este fenómeno que ahoga campos, ríos y mares del Aljarafe y toda Andalucía.

Qué es el plogging

El Plogging es la práctica que combina el ejercicio al aire libre con la recogida de residuos. Se trata de aprovechar cualquier actividad física al aire libre para la recogida de la bazofia que se encuentra en las playas, las montañas, campos y ciudades. La palabra plogging proviene de la unión de la palabra inglesa ‘jogging’ (caminar a cierto ritmo) y de la expresión sueca ‘plocka upp’ (recoger). 

El promotor de esta actividad fue Erik Ahlström en Estocolmo, pero desde 2018, se ha extendido a todo el mundo. El fenómeno Greta Thunberg consiguió dar visibilidad a esta forma de pasear y contribuir con el medioambiente. Ahora ha llegado al Aljarafe para quedarse.

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