El presunto asesino de Loli Ortiz es dirigido a los juzgados de Sevilla.
El presunto asesino de Loli Ortiz es dirigido a los juzgados de Sevilla.




Un jurado popular enjuiciará en la Audiencia Provincial de Sevilla al varón acusado de asesinar en febrero de 2020 a su expareja sentimental, Loli Ortiz, de 34 años de edad, en la localidad de San Juan de Aznalfarache, hechos por los que la Fiscalía reclama para el investigado la imposición de una pena de 20 años de cárcel.

De este modo, está previsto que el juicio comience el día 7 de junio con la constitución del jurado popular y la presentación de las alegaciones previas por las partes personadas en este procedimiento, mientras que al día siguiente prestarán declaración el acusado y varios testigos; el día 9 comparecerán más testigos, y el día 10 tendrá lugar la prueba pericial.

En su escrito de conclusiones provisionales, el Ministerio Público solicita para el encausado, que se encuentra privado de libertad por esta causa desde el día 19 de junio de 2020, un total de 20 años de prisión; diez años de libertad vigilada una vez cumplida la pena de prisión, y el pago de una indemnización total de 171.200 euros a la familia de la víctima por un presunto delito de asesinato con la circunstancia agravante de parentesco.

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La Fiscalía, en este escrito, relata que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima que terminó en el año 2010, no obstante «continuaban viéndose, ya que ambos eran toxicómanos de larga duración y en muchas ocasiones consumían juntos», de forma que, «en este ambiente de consumo de sustancias estupefacientes, y aprovechándose de los sentimientos» que la fallecida tenía hacia él, el investigado la «utilizaba para que acudiera a comprar a los puntos de venta de drogas de la localidad en que ambos residían, le quitaba el dinero o las dosis que la misma conseguía, llegando a agredirla en varias ocasiones«, lo que «determinó que, en los meses anteriores a su muerte, tuviera miedo de encontrárselo, de forma que se escondía de él, dada la conducta violencia que ejercía» sobre ella.

En este sentido, el Ministerio Público considera que los hechos habrían tenido lugar entre las 4:30 y las 5:30 horas del día 1 de febrero de 2020, cuando el acusado se encontraba por las inmediaciones de la Esquina del Gato que constituía el «trayecto habitual» de la víctima hacia su domicilio. En dicha franja horaria, el acusado vio a su expareja sentada en la plaza «consumiendo sustancias estupefacientes», encontrándose la misma «con un chaquetón echado sobre la cabeza a modo de capota para no perder ni una brizna del humo de la droga que estaba consumiendo».

«A sabiendas» de que, estando en esta situación, las posibilidades de defensa de la fallecida «eran escasas», y «guiado por ánimo de acabar con su vida», el investigado se acercó a su expareja y, «de forma sorpresiva», le asestó «más de 23 golpes» con un objeto contundente, con peso y al menos con un borde, el cual no ha sido hallado.




Según la Fiscalía, el acusado la golpeó primero de frente y en la cara, lo que hizo que la víctima perdiera la conciencia «desde los primeros golpes». Una vez caída, el acusado «la remató por detrás, golpeando sin control y con inusitada fuerza el cráneo posterior de su víctima, causándole heridas incompatibles con la vida». Así, y según el Ministerio Público, «tan brutales heridas» le produjeron un traumatismo craneoencefálico severo con lesión de centros vitales que le causaron la muerte.


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