Hasta ahora la Policía Nacional cuenta con 13 relatos de mujeres que describen las posibles agresiones sexuales que sufrieron en manos del facultativo de 67 años, detenido el pasado martes, que en su centro de certificados médicos de San Juan de Aznalfarache pedía a las mujeres que se desnudaran de forma injustificada y realizaba tocamientos. Las víctimas podrían ser muchas más, según ha podido saber este diario, que ha logrado hablar con una de ellas.

«Al mirarme la vista apoyaba su mano en mi pierna, yo no podía sentirme peor«, relata Alicia (nombre ficticio), a quien le invadió el malestar desde el momento en el que comenzaron las preguntas «fuera de tono». «Al decirle que no bebía ni fumaba su respuesta fue que entonces para qué vivía, y a continuación me dijo ‘espero que lo otro lo hagas bien'».

El médico acusado expedía, principalmente, certificados para la renovación del carné de conducir en su consulta de la Avenida de Palomares, en San Juan. Vecinos de la zona comentan que lleva unos 20 años abiertos: «las mujeres afectadas deben ser cienes«, dice uno de ellos. En las valoraciones de clientes de su ficha en Google, ya se puede advertir alguna de las situaciones agresivas: «Mala experiencia. Es muy desagradable el trato, te llegas a sentir un poco acosada. No repetiría nunca ni lo recomendaría», dice Elena. «Muy mala experiencia, es un impresentable y desagradable. Si eres chica no lo recomiendo…», se puede leer en la opinión de Ángela.

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El relato de Alicia continúa. «Me pidió que me sentara en una camilla para mirarme la vista y escucharme el pecho. Me dijo que me quitara el chaleco y me quedara en sujetador, yo le dije que no, que mi cuello era ancho y por ahí podía escucharme. Siguió insistiendo hasta que se dio por vencido y lo hizo así, quería bajar el mismo el cuello del chaleco y le dije que yo lo hacía sola». Alicia no obedeció a las órdenes del médico, que según relata la Policía Nacional llegaba a justificar posibles problemas respiratorios y así convencer a las pacientes de la necesidad de que se desnudaran. Si finalmente la justicia demuestra delito contra la libertad sexual, el acusado, en su condición de médico, podría enfrentarse a un agravante por posición de autoridad ya que las víctimas veían aminoradas las posibilidades de defensa.

En su relato, la víctima nos cuenta que le llamó la atención ver trabajando con él a una chica de unos 19 años de edad. La empatía y malestar fue en aumento cuando el médico le preguntó «si conocía alguna chica joven de buen ver» como ella, que le avisara para que trabajara en la consulta. «Yo le dije que tenía amigas y que se lo iba a decir, solo se lo dije para que me dejara ya en paz e irme de allí».




Cuando Alicia tuvo que volver a recoger el certificado, pidió a su hermano que acudiera en lugar de ella. Ese mismo día se lo dejó pagado previamente porque no quería volver a ese lugar. «Yo no me atrevía a entrar allí otra vez», asegura.

De momento son 13 las mujeres que han acudido a las autoridades a contar su historia, pero el procedimiento está en fase inicial de instrucción y aún podrían recabarse un mayor número de relatos que aumente la gravedad de los delitos y facilitaría a los tribunales impartir justicia y reparación.

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